Alberto Barros cobró 2 millones de pesos por el Show que presentó en Tuxtepec y fue una ganga. Pudieron traer por 500 mil pesos menos a Espinoza Paz o a Paulina Rubio, y por la mitad, a Margarita la diosa de la Cumbia o Wisin y Yandel para entretener a la chamacada. Dinero al chaz chaz que hizo enojar a proveedores de quinta, y bueno el pueblo salió contento porque Tuxtepec “merece eventos a la altura”, aunque tenga un pueblo de sepulturas. Es más, contentos porque tienen el gobernante que merecen, un Presidente que le gusta la fiesta, los whiskys, la salsa, y comparte con muchos tuxtepecanos el gusto por la música que electrifique el cuerpo, un árabe roncador y latinazo, así sea con una inversión de 80 mil dólares para traer a Alberto Barros, el genio salsero que divirtió lo mismo a justos que a pecadores.
El pueblo lo merece y él, bueno él (Presidente Sacre) puede darse esos gustitos de frivolidad en la recta final de un trienio endeudado, y con obras a medio terminar por toda la ciudad, y la crisis de inseguridad que al edil le hace lo que el viento a Juárez. El salsero del palacio se gastó en un día, -en realidad en unas horas que dura el concierto – el presupuesto que ejercen en un año en participaciones del ramo 28, 212 municipios de Oaxaca: por no decir que el doble que en el ejercicio fiscal 2015 recibieron en el ramo 28 de la distribución estimada de fondos municipales 116 municipios, de esos pobretones con nombres raros que con música de salsa pueden olvidarse.
Ya saben de esos que apenas tienen para comer, no como Tuxtepec que merece espectáculos a la altura con gobiernos (como el de Sacre) que en su Plan de Desarrollo Municipal gastaron 250 mil pesos – para que personas de Veracruz vinieran a decirles que Tuxtepec tiene el 24% de personas con carencia alimentaria y 21,333 personas en pobreza extrema- y bueno, lo importante es que Sacre se la rifó trayendo a Alberto Barros y pagó 2 millones de pesos , más otros gastitos….