El abucheado
Antonio Sacre Rangel fue despedido como presidente municipal de Tuxtepec con gritos de : ¡rata! ¡rata! ¡ fuera ¡ ¡fuera! Durante la toma de protesta al nuevo gobierno municipal, acompañado de sus regidores- los leales y los convenencieros G-8 que acabaron siendo más tapetes que los mismos leales-que de paso también se llevaron varias mentadas de madre por su papel cómplice con el insensible sacrismo.
Fueron sintomáticos los reclamos a un presidente saliente que siempre vivió cínicamente en “gordilandia” y acabó escuchando la verdad ciudadana en sus últimas horas con la embestidura del munícipe , que dejó un bonito bulevar con una obra con materiales de mala calidad y llena de moches para sus amigos los gestores y de paso dejó un nuevo hijo predilecto como cereza de su nepotismo.
Antonio “el gordo” Sacre, incrédulo y molesto se consoló en alguna regidora que quitada de la pena y con el cinismo de la política llanera, le decía al encabritado ex presidente ¡ la gente nunca está contenta con nada!…. y así, insensible a las necesidades sociales hasta el final cerró el telón el presidente broncudo que ahora así se dedicará a administrar sus hoteles huatulqueños, sus suites en Veracruz confiado en la ley en su momento que él aplicó en su gobierno, la ley de Herodes: te chingas o te jodes. Se le extrañará como a las cochinas que se van al monte, pero por el momento como le dijeron los ciudadanos en coro, hasta la vista roncador.
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