- Las denunciantes recientemente organizaron el Primer Encuentro Trans Indígena y Afromexicano, cuya sede está en el Istmo de Tehuantepec; acusan que fueron hostigadas por policías y hubo intentos de sabotear el evento
Antonio Mundaca /
Oaxaca de Juárez.- Las activistas de los derechos de la diversidad sexual y representantes de la Red Oaxaqueña por el VIH (ROVIH), Koko Lozada y Yoshio Morales, denunciaron ante organismos de derechos humanos y la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), que fueron víctimas de un robo a sus instalaciones ubicadas en Santo Domingo Tehuantepec.
Como resultado del robo fueron sustraídos de las oficinas de la organización, expedientes, archivos y diversos documentos que tenían en su posesión sobre el activismo que realizan desde hace un año con la comunidad trans y muxe del Istmo de Tehuantepec.
Además de lo sustraído, los activistas denunciaron que sufrieron un hackeo a sus cuentas digitales y bancarias.
De acuerdo con la carpeta de investigación 40479/FIST/TEHUANTEPEC/2023, presentada en la Vicefiscalía del Istmo contra quien resulte responsable, los hechos ocurrieron el pasado martes 28 de noviembre, cuando una persona de aproximadamente 30 años acudió a sus oficinas a solicitar una prueba de VIH , que le fue realizada al ser parte de un servicio que brinda la organización a personas de poblaciones diversas y trabajadores sexuales.
Tras realizar la prueba, la persona les regaló una bebida, que tras consumirla, aseguran, los dejó inconscientes.
“Despertamos hasta el otro día y la oficina había sido saqueada. Lo delicado es que una de nosotras se negó a beber y fue obligada por esta persona, que además se aprovechó cuando estábamos inconscientes, para usar nuestra huella digital y vaciar cuentas y robar pertenencias, además de que no fue un robo común, ya que revisó los expedientes, se llevó material de proyectos, directorio de contactos y otras pertenencias ligadas a nuestra actividad como defensoras”, explicó a EL UNIVERSAL, Joshio Morales.
Los activistas indican que en un principio la Vicefiscalía Regional del Istmo se negó a atenderlas y desdeñó el caso como “algo normal”, criminalizando su actividad como defensoras de la comunidad trans. Fue hasta que se pusieron en contacto directo con las oficinas centrales de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), y tras recurrir a organizaciones de la sociedad civil, que se agilizó la presentación de la denuncia.
“Se llevaron computadoras, un proyector y discos duros. El robo se dio diez días después de que sufrimos acoso por haber realizado el Primer Encuentro Trans Indígena y Afromexicano. Durante el evento tuvimos presencia de policías o personas uniformadas que vigilaron las actividades de una forma no adecuada; además, tuvimos ciertas incidencias donde colectivos locales de distintas procedencias les pidieron a personas integrantes de la comunidad trans, que no asistieron al evento”, relató el representante.
Hasta el momento las activistas de la diversidad, no han decidido si interpondrán una queja ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) y la solicitud de medidas cautelares, argumentan, ante la negativa de las propias instituciones de reconocer este tipo de hechos como agresiones motivadas por el odio o la discriminación.