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Silvino Reyes parece que no ha aprendido las lecciones. Mira a lo lejos una candidatura presidencial en Tuxtepec de nuevo montado en un barco de papel. Pareciera que le hacen guiños desde el poder y es paciente y espera y compra los espejitos que le venden políticos que llevan su aspiración de adorno en la solapa. Nuevamente lo están usando. Una vez. Dos veces. No Importa cuántas.

Antonio Mundaca

El PRI ha usado a Silvino Reyes Téllez. Una vez. Dos veces. Tres. Una más. No importa cuántas. Silvino Reyes parece ser un hombre que confía y apuesta a que jueguen con su futuro político en una carta siempre incierta. Silvino Reyes se convirtió en un creyente de las promesas de políticos que se han especializado en mentir y han hecho de sus mentiras castillos rojos y proyectos que se desquebrajan o se consolidan a golpes de dinero e impunidad.

Silvino Reyes Téllez es un empresario poblano exitoso y popular que ha querido ser político en Tuxtepec pero no lo han dejado quienes se aferran a mantener controles electorales a la medida de ambiciones siempre personales, siempre rapaces. Han hecho política por él y él no ha sabido imponerse como la cabeza de una aspiración que no levante sospechas y decepciones.

Dejó lo convirtieran en una pieza de ajedrez. Han usado su dinero y su arraigo con las clases populares para entregarles el poder a otros, por otros, sin reparos, bajo convenios y acuerdos oscuritos. Lo han devuelto varias veces a su oficina a lidiar con los números, su patrimonio y sufrir los embates de la reforma fiscal del partido que dice representar y le ha dado cachetadas, apapachos y fuego amigo, para dejarlo solo en el momento preciso, porque saben que Silvino Reyes siempre vuelve.

Así ha sido, así se consolida ahora su nombramiento como suplente a la diputación federal por el distrito 01 de Antonio Amaro Cancino. De nuevo ha sido usado. Una estrategia política que lo medirá en las urnas por primera vez, pero sin que sea su nombre el que busque la historia.

Apostará su capital político para hacer diputado a Antonio Amaro Cancino, el último recursodel PRI ante un candidato desdibujado, desconocido y con la sombra de la corrupción siempre latente en cada uno de los puestos y cargos políticos donde ha estado.

Del aspirante presidencial más fuerte del 2013  Silvino Reyes fue bajado del carro a la mala, para subir al caballo al aspirante menos popular y más cuestionable. Hoy se lo hacen de nuevo. Hoy acepta de nuevo ser la comparsa. Silvino Reyes pasa ahora a ser el suplente del candidato a diputado más oscuro y lejano del municipio de Tuxtepec. Lo volvieron el trabajador tricolor que saca el agua de un barco hundiéndose, como si no hubiera dejado pasar varias veces en su lugar a una tropa de bribones.

Silvino Reyes es de nuevo la sombra. Lo demanda la estrategia del PRI cuenqueño que cree se juegan la gubernatura un año antes de que empiece la batalla. Lo demanda la institucionalidad, la pugna vedada entre muratistas y evielistas que creen será la Cuenca la madre de sus guerras intestinas. Y Silvino se dejó llevar de nuevo por el canto de las sirenas, mientras en Oaxaca se discute la reforma política y una gubernatura de dos años que desacomoda todas las piezas de políticos pitonisos que no entienden las decisiones capitales pocas veces se toman a las orillas del río Papaloapan

Silvino Reyes parece que no ha aprendido las lecciones. Mira a lo lejos una candidatura presidencial en Tuxtepec de nuevo montado en un barco de papel. Pareciera que le hacen guiños desde el poder y es paciente y espera y compra los espejitos que le venden políticos que llevan su aspiración de adorno en la solapa. Nuevamente lo están usando. Una vez. Dos veces. No Importa cuántas.

Silvino Reyes renueva sus sueños de ser Presidente Municipal haciéndola de “empujador”. Antes fue el ayudante a consolidar un proyecto municipal que pudo ser el suyo, pero se conformó, porque ha aprendido que la institucionalidad también es un buen negocio. Silvino Reyes se disciplinó con el nombramiento de Antonio Sacre como candidato, cuando parecía ser suyo el momento cumbre, se disciplinó cuando “encuestas patito” consolidaron el dedazo de Antonio Sacre. Tuvo en la mano el triunfó y dejó pasar la oportunidad cuando tenía toda la circunstancia para aprovecharla.

Silvino Reyes es ahora el empresario que pudo ser presidente y cambió la posibilidad por dos regidurías y unas direcciones que han pasado sin pena ni gloria. El PRI le habló al oído para que no se fuera en desbandada, lo calmó en la forma en que el PRI suele calmar a sus políticos posiblemente más capaces pero que no son de la burbuja que toma las verdaderas decisiones: con promesas. Con negocios en corto.

Silvino Reyes hará diputado del distrito 01 de Tuxtepec a Antonio Amaro Cancino. Es la apuesta, por el bien del grupo Cuenqueño del PRI que embiste con abolladuras un proyecto sexenal enmarcado en la política-ficción. Silvino Reyes le empujará a Antonio Amaro los votos necesarios que esté no sería capaz de obtener por sí mismo. Porque más allá de los pasillos políticos nadie conoce al oriundo de Cosolapa y avecindado en Acatlán y los que conocen su historia oscura son callados a billetazos.

Porque sin Silvino Reyes la candidatura de Amaro Cancino estaba destinada a la derrota, al derroche infructuoso de muchos millones de pesos para que “el proyecto” Evielista no fracase antes de tiempo. Silvino Reyes se erige como el salvador de Amaro Cancino y del senador priista, pero tendrá que meterle sus millones, arrimarse al doble juego para evitar se les escape Paco Niño  y pague el PRI las facturas de un gobierno municipal autoritario acostumbrado mil veces a no rendir cuentas de los recursos públicos a la ciudadanía.

Silvino Reyes hará diputado a Antonio Amaro siendo su suplente, con la esperanza que por fin el PRI lo haga candidato a la presidencia municipal, confiando en la palabra de quienes en otras ocasiones ya lo han dejado en la banca, contemplado el ascenso-como ahora- de políticos menos populares, con carreras cuestionables y ambiciones desmedidas.

Será el suplente que debió ser candidato a la diputación federal y debió ser el candidato a la presidencia municipal. “Suplente de lujo” dicen los priistas pragmáticos. “Suplente de lujo”, “fórmula ganadora” dicen los priistas encandilados en una victoria que de darse será del suplente. Una victoria que de darse será de Silvino Reyes y no de Antonio Amaro.

Silvino Reyes hará diputado a Antonio Amaro porque le han asegurado que le conviene, que es necesario, que no volverá a ser el “ya merito”, el que se quedó en la orilla. Silvino Reyes a partir de ya es el “suplente de lujo” dicen los mismos priistas, tan acostumbrados siempre a la poca memoria y la nula autocrítica, los mismos que tras bambalinas saben que en política  “no se es suplente ni de dios”.

Silvino Reyes hará diputado federal a Antonio Amaro Cancino. Una victoria que a pesar de ser suya será de otro, nunca de él, porque él decidió volver a ser la sombra.

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