- La cifra de trabajadores de la salud fallecidos por Covid-19 en México supera en 140% al número de casos registrado en Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia a nivel mundial, en donde han fallecido 1,698 especialistas, según los registros del gobierno estadounidense.
Paris Martínez / Corriente Alterna
Ciudad de México.- Durante los 18 meses que ha durado la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, en México han perdido la vida al menos 4 mil 57 trabajadores y trabajadoras de la salud, entre especialistas en medicina, enfermería, odontología, laboratoristas y empleados de unidades médicas.
La cifra de trabajadores de la salud fallecidos por Covid-19 en México supera en 140% al número de casos registrado en Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia a nivel mundial, en donde han fallecido 1,698 especialistas, según los registros de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), del gobierno estadounidense.
Eso quiere decir que en México ha muerto un trabajador de salud por cada 59 enfermos de Covid-19, mientras que en Estados Unidos esa proporción es de uno por cada 304 enfermos.
Las estadísticas sobre profesionales de la salud afectados por Covid-19 en México, divulgadas por la Secretaría de Salud federal, revelan que 240 mil trabajadores del sector han contraído la enfermedad entre 2020 y 2021.
Una quinta parte, tanto de los enfermos como de los fallecidos, se concentra en la capital del país: con 38 mil contagiados y 717 trabajadores y trabajadoras de la salud muertos, por lo menos. De ese personal, 30% corresponde al sexo femenino.
Pero las estadísticas apenas alcanzan para esbozar las dificultades que enfrenta el personal de salud en la vida diaria, durante la pandemia; X., médico del sector público accedió a hablar con Corriente Alterna sobre su experiencia, a condición de mantener en reserva su identidad para evitar represalias.
“En México se han cometido errores que han derivado en un elevado número de casos de personal de salud enfermo y fallecido, que pudieron prevenirse –lamenta X.–. Yo estoy en una unidad médica que oficialmente no es para la atención de pacientes Covid-19, aunque en realidad sí lo hacemos: atendemos a gente con padecimientos específicos, pero si durante la consulta o la hospitalización detectamos síntomas de Covid-19, los diagnosticamos, aislamos, atendemos médicamente durante el aislamiento y luego los referimos a una unidad especializada. Además, por un acuerdo con el sindicato, cada unidad médica diagnostica a su personal con síntomas de Covid, y yo he llegado a diagnosticar hasta a 20 compañeros con manifestaciones de la enfermedad, en un solo día, entre personal médico, enfermería, camilleros, laboratoristas, personal de limpieza, del comedor. Todos angustiados por lo que les pudiera ocurrir.”
X. es uno de los 3 mil médicos que el Sector Salud contrató en el primer trimestre de 2020 para reforzar la atención pública, durante la pandemia de Covid-19. “No era mi plan trabajar en el sector público, yo tenía mi consultorio particular, pero desde que la situación económica comenzó a deteriorarse, poco antes de la pandemia, el número de consultas se redujo drásticamente”. Por eso, en enero de 2020, junto con miles de profesionales de la salud, respondió a la convocatoria de trabajo lanzada por las autoridades.
Desde entonces, reconoce, las condiciones laborales han sido variantes. “Al principio recibía equipo de protección, pero ahora ya no: yo tengo que comprar mis cubrebocas, mis guantes, mis caretas. Sé que no en todas las unidades médicas es así, pero el caso de mi unidad médica tampoco es la excepción.”
Pero los problemas que han elevado la vulnerabilidad del personal de salud en México no se limitan al desabasto de equipo para su protección, advierte el especialista. También, lamenta, se han dado malas decisiones médicas y administrativas, que han elevado el riesgo para el personal, y que también disminuido la capacidad real de atención a la pandemia.
La receta del absurdo
“En algunas unidades médicas que formalmente no son para pacientes Covid –narra X.– en un principio se dio la instrucción de no usar cubrebocas durante las consultas médicas, supuestamente para no ‘espantar’ a los pacientes. Se dio esa orden absurda, a pesar de que la pandemia ya estaba declarada. Muchos compañeros hicieron caso, otros no. Pero al final de cuentas ese fue uno de muchos factores de riesgo para el personal de salud, que pudieron evitarse”.
Otras decisiones administrativas, además, derivaron en que una parte de la fuerza laboral del sector salud ocultara los síntomas de Covid-19, durante los primeros meses de 2020.
“Tanto en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), como en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) los trabajadores tenemos lo que se denomina ‘bono de asistencia’ y ‘bono de puntualidad’ –detalla X.–, y para muchos esos bonos representan una parte importante de su quincena. Por eso, al principio de la pandemia, muchos compañeros y compañeras ocultaron las manifestaciones de la enfermedad: para no tener que faltar al trabajo y no perder esos estímulos económicos”. Esto generó mayores riesgos de propagación de la enfermedad no sólo entre el personal de salud, sino entre la población a la que se atendía en unidades médicas.
“El personal de salud dejó de ocultar los síntomas de Covid-19, hasta que se acordó con el sindicato que quienes fueran diagnosticados no perderían sus bonos de asistencia y puntualidad”, lamenta el especialista.
Por otra parte, señala, la entrega del bono de riesgo por atender a pacientes con Covid-19 no ha sido para todos los trabajadores, por lo que “mucho personal se negó a prestar servicios, a mí me ha tocado hacer solito el diagnóstico de hospitalizados que comienzan a presentar síntomas, sin la asistencia de enfermera, sin internista, sin camillero, que me han llegado a decir ‘eso a mí no me toca’, y ni modo.”
–¿Ya estás vacunado? –se consulta a X.
“Sí, la vacunación empezó en diciembre de 2020, y en mi hospital nos vacunaron en las primeras semanas a partir de que inició la vacunación. La segunda dosis me la pusieron cuando ya habían pasado los 21 días indicados, pero, bueno, luego las farmacéuticas dijeron que no pasaba nada si el refuerzo se postergaba algunos días. Sin embargo, compañeros de hospitales privados que están en contacto con enfermos Covid-19 no han sido vacunados. A pesar de que también están en la primera línea de atención, ellos no fueron considerados personal prioritario para la vacunación, y han tenido que esperar a que la vacuna le toque a su grupo de edad. Eso está mal”.
La campaña nacional de vacunación contra Covid-19 inició en la Ciudad de México el 24 de diciembre de 2020.
El documento “rector” de esta campaña nacional establece que las y los trabajadores de la salud debían ser el primer grupo social en recibir la inmunización, por ser el de mayor riesgo de contagio al estar en la primera línea de atención de la pandemia. Oficialmente, esa meta se cumplió al 100% en febrero de 2021, tal como se informa en el “Calendario de Vacunación Covid-19” del gobierno federal.
No obstante, en abril de 2021, trabajadores de la salud del sector privado protestaron en la Ciudad de México, por no estar incluidos entre el personal de vacunación prioritaria, a pesar de que cubren el perfil descrito en el programa rector de la política de vacunación, que es dar atención directa a pacientes con Covid-19.
El 15 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que el reclamo de los trabajadores de la salud del sector privado no era “justo”. No explicó cuál era la diferencia entre ellos y los trabajadores de la salud del sector público, siendo que ambos sectores están en la primera línea de atención a la pandemia.
Los registros oficiales revelan que en la Ciudad de México, al menos 666 trabajadores y trabajadoras de la salud, adscritos al sector privado, se han contagiado de Covid-19 desde que inició la pandemia.
De esas personas, 159 enfermaron entre la última semana de diciembre de 2020 y junio de 2021, es decir, cuando la vacuna ya estaba disponible en México, aunque no para ellas.
El futuro
Para los 3 mil especialistas que ingresaron al Sector Salud a raíz de la pandemia, bajo esquemas de contratación eventual, su futuro laboral es una incógnita pese a que, al ser convocados, las autoridades reconocieron que el déficit de personal de salud era previo a la contingencia sanitaria. “Hay muchos rumores sobre la posibilidad de que nos basifiquen –lamenta X.–, pero no hay una oferta formal ni un plazo. El bono extra que yo recibo por mi trabajo durante la pandemia es un dinero que no toco, está guardado, porque no sé qué pueda pasar en el futuro. Una cosa es lo que prometen y otra la realidad: hay médicos que tienen ocho años esperando su basificación. Yo quisiera continuar en el sector público y mantener un trabajo estable. En mi consultorio estaba solo con mi secretaria, a la que por cierto tuve que despedir con la crisis económica. Pero ahora veo caras nuevas, disfruto la convivencia social, hay un ambiente de trabajo que me agrada. Si me dieran la oportunidad de seguir, no lo pensaría.”
Una publicación de: https://corrientealterna.unam.mx/derechos-humanos/mexico-acumula-4-mil-trabajadores-de-la-salud-fallecidos-por-covid-19/