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  • Aunque el gobierno de López Obrador impulsó una serie de proyectos para mejorar las condiciones de los pueblos indígenas, los pendientes para garantizar su subsistencia aún son muchos. En entrevista, el abogado Francisco López Bárcenas enlista algunos de ellos

 

Texto: Kau Sirenio / Pie de Página

Foto: Tomada de la página franciscolopezbarcenas.org

 

Ciudad de México. – Para el abogado ñuu savi, Francisco López Bárcenas, el sexenio del presiente López Obrador no avanzó en tres reformas prioritarias para los pueblos y comunidades indígenas: el derecho al territorio, el derecho al autogobierno y el derecho a la propiedad intelectual.

“A mí me parece que es la continuidad de las políticas neoliberales; en términos de derechos no sé atendió ninguno sustancial».

Aunque, asegura, esta visión era de esperarse, pues el propio presidente dijo que él iba trabajar como en los setentas, «es decir, cuando el indigenismo estaba en su apogeo, en esos tiempos no se hablaba de derechos indígenas en México, sino de políticas indigenistas. Ese es el panorama que tenemos ahora”.

El sexenio de López Obrador nunca iba a cambiar las cosas

Francisco López Bárcenas es claro: nadie entendió que la actual administración no buscaba cambiar las cosas, sino continuar con las políticas anteriores.

¿Cuáles son las políticas anteriores? Para el abogado se resumen en los megaproyectos:

“Por ejemplo, la presa Pilares en Sonora que le tocó culminar el presidente López obrador y que afectó muchísimo a los pueblos guarijíos”.

En entrevista telefónica con Pie de Página, López Bárcena sostiene que no hubo cambio sustanciales para los pueblos y comunidades indígenas, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrados ha dicho que se avanzó. Sin embargo, el jurista oaxaqueño cuestiona las políticas de extracción minera en territorios indígenas, así como la política extractivista de recursos naturales como el agua.

“Es cierto que el presidente suspendió la entrega de concesiones mineras. Ya no se entregaron concesiones, por lo menos no en la cantidad. Sin embargo, con las que se habían otorgado, el capital no necesita más concesiones; para mí lo que el presidente debió haber hecho es cancelar todas las concesiones que otorgaron en territorios indígenas”.

Las concesiones de las que habla el investigador ñuu savi fueron entregadas entre 1990 y 1992 cuando aún no se aprobaba la actual ley minera; estas concesiones en su mayoría se encuentran territorios indígenas, sin que los pueblos y comunidades fueran consultadas.

 

Foto: Palmira Flores

Presupuesto, una promesa al aire

Durante la plática, el escritor ñuu savi plantea que los atorones en materia legislativa en materia indígena; así como la disminución presupuestal para los programas sociales dirigidos paras los pueblos indígenas, han sido constantes en esta administración.

“El presupuesto para programas directo a los pueblos indígenas disminuyó drásticamente. El director del Instituto Nacional para los Pueblos Indígenas dijo antes de que tomaran posesión que, por lo menos, iban a duplicar el presupuesto, y que se iba a manejar directamente por las comunidades, pero la verdad esto no se hizo. Comparando de 2018 hasta ahora, e presupuesto se redujo en un 70%”, explica.

Además, dice que hubo intentos de cerrar las casas de la mujer indígena, pero se restituyeron después de la protesta de mucha gente que conocen para qué sirven estas casas: “Tienen una función muy importante, sobre todo como refugio de compañeras que sufren violencia”.

“También hubo intentos de desaparecer el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas. No es que yo esté muy de acuerdo con el INALI, pero no porque funcione mal lo vamos a desaparecer. Necesitamos una institución como esta, pero hay que mejorarla”.

No todo es malo

Si bien es cierto que no se avanzó como debería de ser, el abogado reconoce que sí hubo algunos avances, y que la situación de los pueblos no es igual de hace seis años. Hay cosas cosas interesantes, plantea. Por ejemplo, algunas comunidades están bastante organizadas, como las de Oaxaca, Jalisco, o las de la península Maya. Ellas lograron sacar algunos proyectos que ellas mismas proponían.

Otra pequeña mejora, explica Francisco López Bárcenas, es que disminuyó un poco la represión:

“Aunque no desapareció completamente, sí disminuyó la represión sobre los pueblos indígenas, aunque sigue habiendo represión. Hay muchos muertos indígenas que defienden el territorio, el medio ambiente. Sigue habiendo persecución, pero no en el nivel en que había en gobiernos anteriores”.

López Bárcena reconoce que hay avances en el poder judicial, así como apertura hacia los pueblos indígenas al dictar sentencias a favor de los recursos naturales.

Sin embargo, señala que en México todavía no hay una ley indígena, o una ley de consulta indígena, pero que en algunos estados sí hubo avances en esto.

“No tenemos una ley de consulta federal. Pero me parece a mí que, los problemas en los estados, el poder judicial, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los trató bien. O sea, ya hay jurisprudencia donde las concesiones que se otorgan sin la consulta pues son nulas”, recapitula.

La ruta que sigue

López Bárcena es crítico con la posibilidad de que Morena continúe a nivel federal con Claudia Sheinbaum. Para él, el paso de la precandidata por la Ciudad de México no es un buen augurio para los pueblos indígenas.

«Hemos visto lo que hizo en el gobierno de la Ciudad de México con los pueblos que protestaron porque les querían quitar el agua para dársela a las inmobiliarias. Tampoco se reconoció ningún gobierno indígena en la Ciudad de México durante esta administración porque se les pidieron más requisitos que los que pide el derecho internacional. No veo a Claudia Sheinbaum cambiando esto. Aunque tiene un equipo de expertos que dicen que le van a hacer el proyecto, no sé hasta dónde ella pueda aceptar las propuestas que le hagan».

Sin embargo, la candidatura de Xóchitl Gálvez tampoco es una alternativa real para los pueblos indígnas. López Bárcenas explica:

«No creo que represente a los indígenas, no porque no sea indígena ella, sino porque su propuesta no surge de pueblos indígenas, sino de una mafia económica del poder que quiere volver a él a través de ella. No la veo yo impulsando demandas indígenas la veo más impulsando obras empresariales en territorios indígenas, y eso sería muy grave».

Al final, el abogado concluye que la ruta de los pueblos indígenas tendría que ser la autonomía, las agendas en defensa de la naturaleza, de la cultura propia, de los autogobiernos y las policías comunitarias porque «eso puede posicionar a los pueblos para que estén con una capacidad propia de negociar y colocarse frente al poder»

La ruta, finaliza, será en dos escenario: continuar con las políticas indigenistas, o ir construyendo desde abajo, como lo han propuestos los zapatistas.

 

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