Skip to main content

Juntas

Veredas Psicosociales

Veredas Psicosociales es una organización de mujeres que acompaña proyectos de vida digna y contrarresta los efectos de las violencias y desigualdades desde el feminismo y una perspectiva psicosocial.

  • Las imágenes que nos venden de personas exitosas, son una farsa. Si no se cuestionan, generan la sensación de que no estamos haciendo lo suficiente o de que algo estamos haciendo mal: Esta disonancia cognitiva entre lo que nos dijeron y lo que sucede en la realidad, genera múltiples emociones que no son sencillas de procesar y que nos mantienen sumidas, ligadas a fuertes sentimientos de culpa, frustración, angustia y ansiedad. ¿Cómo generamos alternativas comunitarias, no individualistas, que nos ayuden a mantenernos a flote?

 

La promesa

 

¿Cuántas veces hemos leído o escuchado “inicia tu negocio”, “estudia mucho”, “haz un posgrado”, “levántate temprano y lograrás lo que te propongas”, “si te organizas bien, puedes lograr lo que tu deseas”, “consigue una base”? La invitación y la promesa: trabajar día y noche para poder ser alguien, lograr cosas, salir de la pobreza. Mensajes que nos hablan de que, si nos esforzamos mucho, vamos a estar bien. Solas, solos, con tu pareja, con tu familia.

Hace poco nos encontramos con una exalumna, es inteligente y dedicada. Le prometieron cosas si le “echaba ganas” ser una líder social, ayudar a la familia, salir “adelante” por lo menos no ser pobre. ¿Quién le hizo esas promesas? numerosas personas en su camino, profesores, líderes juveniles, sacerdotes, tal vez sus padres. Ahora, no tiene trabajo, no hay suficiente para la cantidad de profesionistas que salen de las universidades públicas y privadas. Ella entró a un trabajo de gobierno esperando un poco de estabilidad al fin, pero tras varias semanas de trabajo sin pago se da cuenta que hubo luchas de poder entre quien la contrato y quien decide… le dicen que se vaya. No sólo se quedó sin nada, sino con menos dinero porque estuvo viajando sin viáticos y además terminó con una experiencia de sentirse miserable y tratada como basura. La historia se repite en cientos y miles de personas jóvenes en particular.

 

La farsa

 

Las imágenes que nos venden de personas exitosas, son una farsa en su gran mayoría. Y esto no sólo se vincula con el ejemplo de la chica citada, si no con varios datos de los que cada vez hay más difusión e información. Por ejemplo, hoy sabemos que de las personas que se han hecho ricas en México, tan solo el 13% están vinculadas a la fundación de empresas que tuvieron éxito, la mayoría han sido por herencia o por vínculos políticos. Los grandes éxitos, suelen ser una mezcla de suerte, recursos iniciales (heredados) y tal vez, en ocasiones, algo de “echarle ganas”.

El problema, además, radica en que no sólo es cuestión de hacerse rico o rica, o tener éxito. Ni si quiera es el enriquecimiento lo que muchas personas buscan, o lo que la exestudiante buscaba. El problema es por lo menos, acceder a las cosas que se necesitan para el día a día: Tener donde vivir, con que alimentarse, formar una familia, poder curarse o mantenerse saludable, estudiar y tener acceso al ocio. Esto es tener cierta movilidad social, sin embargo, de acuerdo al Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) tampoco esto es posible, pues de acuerdo a años de investigación actualmente “(…) no importa cuán grandes sean los esfuerzos de quienes nacen en situaciones de mayor desventaja, sus posibilidades de mejora serán limitadas” y es su origen socio económico lo que determinará el destino de las personas en México.

Entonces tenemos que seguir preguntándonos qué tan real es esa promesa que se nos ha hecho de echarle ganas, madrugar y pensar que nuestro bienestar de manera individual es algo que nos llevará a buen camino.

 

La semilla depresiva

 

Además de su falsedad, estas ideas y promesas meritocráticas e individualistas, si no se cuestionan, generan la sensación de que no estamos haciendo lo suficiente o de que algo estamos haciendo mal, que es nuestra culpa. Esta disonancia cognitiva entre lo que nos dijeron y lo que sucede en la realidad, genera múltiples emociones que no son sencillas de procesar, como fuertes sentimientos de culpa, frustración, angustia y ansiedad. Para abordarlos y trabajarlos tampoco hay espacios accesibles o colectivos, de nuevo, ante esta situación, la terapia aparece como otra solución individual con costo.

Es decir, las propuesta individualista y meritocrática, y la de pensarnos de manera individual para salir adelante, no son posibles para casi nadie y, además pueden generar una serie de consecuencias en la salud emocional. De acuerdo a algunos estudios recientes, hay una fuerte correlación entre la depresión y la desigualdad de ingresos, además, esto se acrecienta entre las mujeres y las personas que tienen menores ingresos. Esto es, a las personas que vivimos las consecuencias de las desigualdades social, esta misma situación puede llevarnos a una depresión severa.

 

Ser motor del enriquecimiento de los más ricos

 

¿Quién se enriquece de que nos pensemos individualmente? Pensarnos de manera individual y tener ideas como la de echarle ganas para salir adelante, sirve principalmente para sostener la economía de quienes ya son ricos. Ahora, si sabemos esto ¿Por qué seguimos actuando como si todo dependiera de lo que elegimos y hacemos individualmente? Y con individualidad nos referimos también a pensar solo por nosotros y nuestras familias, es pensar al individuo en familia como base de la sociedad.

 

¿Tenemos opciones?

 

Para algunas de nosotras, una posible respuesta es la no-individualidad; la red y la colectividad. Esto tiene muchas caras, pero puede implicar pensar ¿qué podemos hacer en equipo?, ¿cuáles de nuestros problemas los podemos solucionar con-otra/os fuera de la familia?, ¿el cuidado de las crías por las tardes puede hacerse en colectivo?, ¿podríamos organizarnos para hacer la comida con algunas vecinas? Tal vez nos cuesta pensarlo porque gran parte del enriquecimiento de pocos, proviene de la idea de individualidad, de mérito personal y de que cada quién se rasque con sus propias uñas. Pero tal vez no nos estamos permitiendo construir micro comunidades, inventarnos comadrazgos nuevos, intentar construir barrio con quienes sean nuestras vecinas y vecinos, y replantear la mirada de dónde ponemos nuestra energía. Entre más enfocados o enfocadas estemos en el trabajo, menos tiempo tenemos de hacer crecer esos vínculos y redes; Porque cuidar a la gente a veces es descuidar la efectividad en el trabajo.

Es probable que lo hayamos intentando, pues en lugares como Oaxaca sigue estando presente la herencia comunal y comunitaria, muchas veces en contraposición con lo urbano y vida citadina, también es posible que al intentarlo no haya salido tan bien y nos haya dejado un dolor en el sueño y en el corazón, también es posible que nos hayamos encontrado con personas que buscan algo personal en lo que se construyó entre varias personas. Sin embargo, esto nos parece que sólo habla de lo instalada que está la tendencia individualista.

No es que la colectividad vaya a resolverlo todo, pero puede ser que al practicarla aprendiendo y acostumbrándonos a compartir, a crear red, a responder con más personas además de la familia y la pareja; tengamos más probabilidades de sobrevivir ante los hechos que se nos van presentando en la vida diaria y ante los acontecimientos del mundo, porque en realidad, la otra opción individual y meritocrática, aunque parece fácil, es una farsa.

 

Citas:

1 https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/origen-fortuna-milmillonarios/

2 https://ceey.org.mx/movilidad-social/

3 Patel V, Burns JK, Dhingra M, Tarver L, Kohrt BA, Lund C. Income inequality and depression: a systematic review and meta-analysis of the association and a scoping review of mechanisms. World Psychiatry. 2018 Feb;17(1):76-89. doi: 10.1002/wps.20492. Erratum in: World Psychiatry. 2018 Jun;17(2):235. doi: 10.1002/wps.20538. PMID: 29352539; PMCID: PMC5775138

Un Comentario

  • Krakita (aca Amador) dice:

    No sé si ha sido suerte o cómo llamarle, pero he convivido desde niño con familiares y amigos que han circulado por diferentes experiencias de lo se dio a conocer como superación personal. Y siempre dirigida por personas que se decían exitosas y que, a través de su historia reciente de “recuperación” y “sanación”, monetizaban su “nuevo yo” (lo que eso sea). Siempre me hacía ruido el camino individual en el que decían moverse, sin contar una historia pasada que en ocasiones era de venir de una familia pudiente (así es fácil agendarse un esfuerzo propio, que claro que lo hay pero no se sustenta en el “le eché ganas por mi mismo”… Me parece importante este tema pues las redes sociales te encuentras a cientos de personas hablando de historias de “éxito”, que en su mayoría lo presentan como individual, pero sin un contexto real o completo y eso para alguien que no tiene suficientes privilegios para superar una crisis se puede sentir sumamente frustrada e importante ante un nuevo “fracaso”… Hasta aquí quedó la letra y me quedo con más en el pensamiento

Deja una Respuesta