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Por María de los Ángeles Nivón 

Antonio Sacre Rangel, es el edil priista de Tuxtepec, señalado hoy por graves presuntos actos de corrupción, pero sin duda alguna, nada comparado con un centro ecoturístico que se construyó cerca del destino turístico de Huatulco con una inversión de hasta 25 millones de pesos.

La obra se llama Cuatunalco, la que también posee un complejo habitacional de primer mundo, el cual en recientes fechas le fue clausurado por la Profepa debido a que no cumplía con los requisitos de impacto ambiental.

Sacre Rangel más conocido como “El Gordo Sacre”, para la construcción de dicha obra ubicada en la carrera costera entre las poblaciones de San Pedro Pochutla y Huatulco, transportó materiales de la región de Tuxtepec y quienes le hicieron la supervisión técnica del complejo habitacional es el mismo personal del Ayuntamiento tuxtepecano.

Actualmente la obra enfrenta problemas con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, por violar las normas ambientales e incluso se lo clausuró, pero también tiene conflicto con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), puesto que en dos ocasiones se colgó clandestinamente de la energía y no le han dado el servicio hasta que pague la millonaria multa que le impusieron.

El edil tuxtepecano ha intentado operar con dos generadores de diésel grandes, pero no le ha dado resultado.

A un costado de la magna obra que es un verdadero monumento a la corrupción se ubica un hotel de nombre “La Mantarraya”, con cuyos dueños también enfrenta serios problemas , porque la gente de Sacre Rangel han llegado de manera prepotente con policías armados de Tuxtepec, que utiliza como guaruras tratando de intimidarlos para que cierren el hotel.

¡Un verdadero abuso de poder!

Cuando estaba en proceso de construcción el centro ecoturístico y hotel, como transportaba material de la región de Tuxtepec para la obra, el camión en que viajaban se les descompuso, y le pidió a su Director de Protección Municipal que se lo transportara, pero como le cobró 60 mil pesos, lo corrió del cargo.

De ese nivel es el “Gordo Sacre”.

En Tuxtepec, por ejemplo, es dueño de un hotel que lleva el nombre de Sacre, aunque señala que es herencia de su padre, el tema es que actualmente laboran 14 empleados del municipio que se dedican al mantenimiento del mismo, realizando trabajos como son: pintura, impermeabilización, plomería y electricidad, todo con cargo al municipio ¡hasta la nómina!

Para las obras en general, Sacre Rangel utilizó a una empresa a la que le adjudicó la mayoría de éstas, se llama: Constructoras Asociadas del Papaloapan S.A. de C.V. (CAPSA), la cual es propiedad de Javier García Sánchez, su prestanombres.

A las empresas que le llegaron a construir al municipio, le cobraron por instrucción directa de Antonio Sacre el 15% de diezmo por adelantado y un equipo suyo es quien hace los ajustes de precio para enmascarar la dádiva, cobrándole 50 mil pesos de honorarios, luego se firma un convenio con una empresa supervisora externa que también es propiedad de ellos.

¡Negocio redondo!

Estos supervisores se la pasan coaccionando a las constructoras pidiéndoles dinero para no sancionarlas con las fianzas y a quien no le entra, los boletinan, argumentando que a las obras de pavimento les faltan 5 milímetros de espesor, una situación inventada, puesto que si así fuera, en la supervisión de la obra que ellos mismos contrataron, en su momento debieron sancionarlos.

Grave la situación de corrupción que lidera Antonio Sacre Rangel en Tuxtepec, lo peor de todo es que el edil tuxtepecano se quiere ir limpio de la administración, aunque ganó el Partido del Trabajo la alcaldía con Fernando Bautista Dávila, (amigo personal de Sacre), por tanto ha dicho que no solicitará una revisión a las arcas municipales a la Auditoría Superior de la Federación.

Importante sería que quienes han saqueado los recursos municipales sean castigados, se debe sentar un precedente, porque no es posible que con lana del pueblo se vuelvan millonarios en menos de tres años y se vayan encubiertos con el velo de la impunidad, eso se debe terminar ya en Oaxaca.

Y la semana pasada se confirmó la solicitud de licencia de Antonio Sacre Rangel al Ayuntamiento tuxtepecano, enviado al Congreso del Estado, lo que no se sabe todavía es si los flamantes diputados locales le otorgaron dicha licencia.

Lo que también se confirmó es que “El Gordo Sacre” ya no está en Tuxtepec…¿habrá huido?…¿será otra fuga tipo Javier Duarte Ochoa?.

 

LINK DE LA PUBLICACIÓN ORIGINAL

http://primeralinea.mx/antonio-sacre-rangel-y-la-galopante-corrupcion-en-tuxtepec/

 

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