Este es el momento de Andrés. Todo está puesto para que rompa con las resistencias y logre superar la barrera de los 25 puntos brutos en los que se ha estancado. Dicho de otra manera, si en los próximos seis meses López Obrador supera los 30 puntos en las encuestas prácticamente no habrá quién lo pare
Hace cuatro años, el 21 de noviembre de 2012, The Economist publicó aquella portada, “Mexico’s moment”, que levantó el optimismo nacional e hizo que los ojos del mundo voltearan a ver a México y a su entonces Presidente electo, Enrique Peña Nieto, a punto de tomar el poder. Sólo 48 meses después, México está en uno de los momentos más críticos de su historia, con amenazas y nubarrones terribles enfrente. Podemos decir que el futuro es impredecible y echarle la culpa a los factores externos, pero lo cierto es que los momentos pasan, son pequeñas ventanas de oportunidad que se abren y hay que aprovecharlas, porque nadie sabe qué será de ellas mañana.
El momento ahora es de Andrés Manuel López Obrador. Las condiciones están dadas para que su candidatura crezca. No es un asunto de filias o fobias. La situación del país, el descrédito del sistema político, el huracán nacionalista en que nos meterá el señor Trump y la fuerza electoral de Andrés Manuel hacen que el momento sea de él. Los noticieros de televisión no sólo lo están cubriendo día a día, o para ponerlo en palabras de “El Peje”, de la nada desapareció el “cerco informativo” del que él tanto se quejaba, sino que le están abriendo espacios para que se explaye y se reconcilie.
A López Obrador prácticamente todos lo conocen, por lo que los nuevos votos tendrán que venir de un cambio de opinión, lo cual es siempre más complicado. El discurso conciliador (hace seis años era el discurso amoroso) que ofrece amnistía para los corruptos y ve esperanzas donde otros ven problemas, busca clara y conscientemente relajar las barreras de los electores.