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  • La familia del extinto presidente municipal de Tuxtepec asegura que la Fiscalía del Estado de Oaxaca  intenta dar carpetazo al asesinato de Gustavo Pacheco. En el cuarto aniversario afirmaron que habían realizado una investigación por cuenta propia que sostiene hubo una operación para matar al joven político priista donde participaron 8 personas y se pagó a asesinos a sueldo para ejecutar el plan.
  • Días antes de ser asesinado Gustavo Pacheco se proyectaba como aspirante a la diputación federal por el PRI en el 2012. Encabezaba en la Cuenca del Papaloapan un proyecto interno de su partido denominado  “Frente Renovador” que pedía Eviel Pérez Magaña fuera destituido como dirigente estatal y era impulsado por Jorge Franco Vargas para dar el salto a la Presidencia del PRI en el estado.

ANTONIO MUNDACA

Una entrevista tres días antes del asesinato 

Parte 1

Tres días antes de su asesinato, Gustavo Pacheco Villaseñor se vislumbraba como candidato a la Diputación Federal por el PRI en las elecciones de 2012. Lo dijo en su casa, sentado en un mueble blanco, con un vaso de agua en mano,  sumido en las preocupaciones del “partido”, lo habló como un político que proyecta al futuro sin saber el destino que le esperaba en los próximos días.

Quería una réplica por una publicación de Noticias Voz e Imagen de la Cuenca,fechada el 24 de agosto del 2011. Donde este reportero había documentado el tema de las auditorías federales a su administración, la ejecución de la obra pública 2010, el uso de las aportaciones federales proveniente del ramo 33 y la mezcla de recursos aplicados por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en su administración y las acusaciones en su contra por mal uso de recursos.

El 13 de agosto de 2011 el Congreso de Oaxaca le había notificado -a través del Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública de Oaxaca (IEAIP)- de una investigación por incumplir la Ley de Transparencia. El 5 de septiembre siguiente la Auditoría Superior del Estado (ASE) le había señalado detalles para comprobar la Cuenta Pública del año 2010 de los meses de abril, mayo y junio, cuando pidió licencia para buscar la diputación local.

Se posicionaba al frente de una nueva corriente en el PRI oaxaqueño anti Evielista. Lo dijo encerrado en las paredes de sus proyectos secretos, en medio de llamadas de personajes anónimos, de colaboradores que operaban su resurgimiento político después de perder la diputación local por el distrito XVIII y haber dejado la presidencia municipal nueve meses antes.

Su derrota electoral la sentía pasajera. Estaba convencido que había perdido por el efecto Gabino Cué y tenía en puerta una revancha. Tenía invitaciones de otros partidos si el PRI -copado de tenedores de URO- no lo dejaba pasar. Había sabido desmentir los rumores. Pragmático. Institucional, jugaba a las oportunidades arrojado a la idea de que miles de votos en la elección de 2010 el PRI se los debía a él, con todo y derrota electoral había sido artífice de 24 mil 380 votos solo en Tuxtepec. Una votación que 5 años después el PRI no vuelto a obtener en la ciudad.

Tenía su coto de poder y pensaba hacerloa valer como la cabeza de una tribu al interior del PRI. Una escisión del Evielismo, un proyecto distinto. Había invertido dinero en la campaña de Eviel Pérez y se había disciplinado a pesar de las profundas diferencias que allanaron las carreras políticas de ambos. Eviel Pérez era su rival político; un rival con ventajas apadrinado por el gobernador Ulises Ruiz. Un rival que en su trienio fue Secretario de Obras Públicas y lo había bloqueado en el Instituto para la Capacitación, Productividad y Empleo (Icapet) y no quería que él fuera candidato a la presidencia municipal en 2007, Pérez Magaña tuvo a dos alfiles que nunca cuajaron: Manuel Rodríguez y Marcelo Díaz de León Muriedas.

Lo bajaron 

La tranquilidad de Tuxtepec se rompió abruptamente mientras se hacían los preparativos para el Grito de Independencia del año 2011. Las intimidaciones de un 15 de septiembre violento que amenazó al país en agosto cayeron en la ciudad con una noticia que causó consternación.

Gustavo Pacheco Villaseñor ex munícipe y  ex candidato a la diputación local por el distrito XVIII por el PRI había sufrido un atentado que le costaría la vida horas más tarde. Corrían las 9 de la mañana cuando el celular de funcionarios públicos, reporteros y cuerpos de seguridad reportaban una persona ejecutada en la esquina de Rayón casi muro bulevar.

En el lugar donde Pacheco Villaseñor construía un motel con apoyo familiar, había quedado un charco amplio de sangre que anticipaba la certeza que se sabría horas más tarde. Alrededor de las 9:30 se confirmaría que el ejecutado era el ex presidente municipal de Tuxtepec, Gustavo Pacheco Villaseñor. La noticia corrió como pólvora.

A partir de ese momento la ciudad se convirtió en un teléfono descompuesto donde se denunciaban balaceras, actos de violencia, funcionarios estatales recibían llamada preguntando si la persona ejecutada era el doctor José Manuel Barrera Mojica.

El caos de información sobre las versiones cundió las redes sociales mientras el hospital general se llenó de personas cuyos rostros y palabras presagiaban el final de un liderazgo. Gustavo Pacheco Villaseñor era declarado muerto al ingresar al hospital cerca de las 10 de la mañana. Su hermano Javier Pacheco era internado por heridas de bala. Como ovejas sobre una miel podrida llegaron al lugar detractores del joven político tuxtepecano.

El padre de Gustavo, don Diego Pacheco, salió desde la puerta blanca que da acceso al nosocomio. Sus palabras fueron parcas, perturbadoras y concisas: “No les daré el gusto que me vean llorar por esto, lo bajaron“, lanzó al viento, entonces guardó silencio y la prensa se abrió a su paso para que las personas le dieran el pésame.

El dolor se lleva por dentro, diría después el ex presidente, padre del también ex presidente ejecutado. Alrededor de las 11 de la mañana el cuerpo fue traslado al anfiteatro. En pocos minutos el hospital volvió a quedar semivacío, con elementos de seguridad salvaguardando al sobreviviente Javier Pacheco Villaseñor que herido en la pierna daba la declaración a la autoridad mientras era tratado de una crisis nerviosa.

Anilú Delfín Rodríguez de Pacheco se pertrechó en el hospital junto con sus familiares en espera de los trámites. La noticia tomó carácter nacional y el Procurador de Justicia de Oaxaca, Manuel de Jesús López López, arribó a la ciudad pasadas las tres de la tarde.  Llegaron las frases hechas: “Se aplicará la ley, “tenemos líneas de investigación diversas”, “no se descarta el crimen organizado”, “la Cuenca es un lugar seguro”, retumbaron para explicar que por el tipo de calibre había dudas de que se tratara de vínculos con el narcotráfico.

El calibre del arma que asesinó a Gustavo Pacheco e hirió a su hermano Javier era una 3.80, de uso doméstico. La necropsia reveló un tiro mortal en la cabeza y 5 más en el pecho.

Al caer la noche, la casa de Gustavo Pacheco se volvió un espacio para el luto. El asesinato de índole político, ajuste de cuentas, vínculos con la delincuencia organizada, dio pie a la muerte del padre de familia. La avenida 20 de Noviembre donde vivió toda su vida, fue cubierta de coronas. La imagen de su rostro hinchado sobre el féretro centelleaba sobre los sirios.

Una entrevista tres días antes del asesinato, parte 2

Gustavo Pacheco Villaseñor le debía la candidatura a la presidencia municipal en 2007 a Jorge Franco Vargas. Gustavo Pacheco se sabía representante de otra cosa, de otra corriente, de otro estado de ánimo. Durante la precampaña apoyó al ex Secretario de Gobierno del primer tramo del Ulisismo. “El Chuky” era para él “el Amigo”.

Estaba convencido de que se había equivocado con elegir a Jesús Hernández como candidato a la presidencia municipal. Pero lo hizo tarde. Lo había impuesto contra la voluntad de Eviel Pérez. De nuevo el candidato del Evielismo no sería aspirante a la municipal. Desafió al candidato al gobierno oaxaqueño en un feudo que Pérez Magaña reclamaba como suyo y que tenía como alfil al diputado local  Jaime Aranda Castillo.

Pacheco lamentaba no haber creado liderazgos que no tuvieran su sombra. Sabía  que había fuego amigo de gente cercana que tras la derrota electoral afilaba zarpazos a la organización política que él había avivado en Tuxtepec: Democracia y Equidad.

Su enemigo político en la región -después de perder la gubernatura- se había apoderado del PRI estatal. Un año antes,  el 27 de noviembre de 2010, él integró el grupo de 500 líderes del estado que pidieron al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI una “renovación de acuerdo con las bases” para que Eviel Pérez fuera removido de la dirigencia.

El 28 de noviembre de 2010 documentó El Universal, estuvo en la asamblea constitutiva, donde la “nueva corriente” acordó desconocer a Eviel Pérez Magaña como presidente estatal, “por ser el factor principal de la derrota en las elecciones del 4 de julio para gobernador, diputados locales y alcaldes”. Gustavo Pacheco tuvo entonces acercamientos con José Murat Casab a quien Eviel Pérez y la burbuja Ulisista amagaban con expulsar del PRI, “por traición”.

Las primeras  líneas de investigación

Una cicatriz maquillada y cocida tapaba el agujero que dejó la bala que le quitó la vida.  “Así no era”, era una frase que ardía en el ambiente la noche del sepelio. El entierro fue el 17 de septiembre con una catedral abarrotada, caminó a la cremación, el féretro que contenía su cuerpo recibió honores en el salón de presidentes del Ayuntamiento. En hilera, amigos y enemigos posaron para la foto, dieron pésames. Jorge Franco Vargas, Adolfo Toledo Infanzón, Eviel Pérez Magaña, Jaime Aranda Castillo, eran algunos de los presentes.

Integrantes del Frente Renovador integrado por Jorge Illescas Delgado, Gustavo Zanatta Gasperín, Félix Olmedo Francisco, Jaime Martínez López, Celso García Martínez y Lázaro Pérez Pérez, entre otros, denunciaban una investigación por un posible crimen político.

La noche anterior Gustavo Pacheco había sido nombrado Delegado Estatal del PRI. La PGJE tampoco descartaba dicha posibilidad y de acuerdo con el entonces Procurador López López fue la primera línea de investigación. La  segunda línea de investigación fue un intento de secuestro, al cual se resistió y ocasionó que los criminales le quitaran la vida. Y la tercera que informó la Procuraduría estuvo vinculada con el accidente donde perdió la vida un menor un mes antes, donde Pacheco Villaseñor se vio comprometido.

Marco Tulio López Escamilla, entonces Secretario de Seguridad Pública del Estado, informó, vía Twitter, que tras el hecho la Base de Operaciones Mixtas (BOM) ya se encontraba realizando operativos en todo el municipio para buscar a los asesinos.

A pesar de las declaraciones del entonces titular de Seguridad, alrededor de las 9 de la mañana -previo a los disparos que cegaron la vida al ex presidente-, una llamada sospechosa dio parte a las autoridades de que había en la colonia “El Castillo” un bulto con forma humana, presuntamente de un ejecutado o algo parecido.

Los cuerpos policíacos acudieron al lugar y montaron un operativo espectacular, como documentó Noticias en su edición del 17 de septiembre de 2011. Aquel día las calles estaban vacías de policías y la otra parte se encontraba en el cambio de turno y ensayando para el Grito del 15 de septiembre. El bulto resultó ser un montón de hojas y ramas. El dato -según notas periodísticas de la fecha- permitió a los asesinos desviar la atención sobre lo que ocurría en la calle Rayón. También las cámaras de seguridad detectaron -15 minutos después del asesinato- al auto compacto rojo salir con dirección a Agua Fría Papaloapan sin que se activara búsqueda alguna en las siguientes horas.

El 15 de octubre, un mes después del asesinato, el Procurador General de Justicia de Oaxaca (PGJE), Manuel de Jesús López López, dio a conocer que había avances en las investigaciones sobre el atentado. “Estamos aquí para dar resultados y reiterar el compromiso del gobernador Gabino Cué de esclarecer este homicidio, para lo cual se siguen dos líneas de investigación; una posible venganza, por  el tipo de arma de fuego usada y por la manera que ocurrieron los hechos”. No dijo la otra línea de investigación.

La entrevista se realizó en su casa ubicada en la avenida 20 de Noviembre.  Vestía camisa azul celeste ceñida al cuerpo. La misma que cubierta de sangre en la ambulancia del hospital regional le quitarían los paramédicos tratando de revivir su cuerpo lacerado por impactos de balas.

Pacheco Villaseñor declaró que existía un golpeteo político por parte de la administración de José Manuel Barrera Mojica. Antes de eso, entró al cuarto de su pequeño hijo Gustavo. La computadora estaba prendida con juegos. Lo sentó en sus piernas y abrió unos archivos que amenazaban con ser una Caja de Pandora. Le pidió al pequeño Gustavo saliera de su cuarto un momento. No me dejó ver los archivos. Preparaba con sus abogados y contadores una denuncia contra la administración Barrerista. Tenía en su poder retiros de cuentas bancarias que en diferentes meses habían realizado funcionarios Barreristas con aparente discrecionalidad. “Yo dejé cuentas bancarias con dinero”, dijo. Era su defensa a lo que él llamaba ataques políticos en los medios para desacreditar su administración. Pero no era eso lo que le preocupaba, confiaba en sus abogados y en sus documentos.

Habló de una reunión en días próximos con integrantes de la “Corriente Renovadora” y la intención de echar abajo la dirigencia de Eviel Pérez. Habló de contactos en el Estado de México y reuniones con el entonces aspirante presidencial y gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto. Al salir le pidió a su hijo fuera educado y se despidiera del reportero extraño. Quedó de enviarme documentos que nunca llegaron. Lo mataron antes. Su réplica no fue publicada por motivos de agenda en el medio antes mencionado.

“Participaron 8 en el asesinato de Gustavo”: Diego Pacheco Cruz

El 15 de septiembre del año pasado -durante el tercer aniversario luctuoso- el padre de Gustavo Pacheco, don Diego Pacheco Cruz, reveló los nombres de los presuntos responsables del asesinato de su hijo. Mostró unas fotografías de sus rostros y aseguró que detrás del asesinato “está un político que pagó para que lo ejecutaran y que poco a poco han ido eliminando a las personas que participaron en esta ejecución”.

Aseguró que de acuerdo con el expediente 27/2014 con número de oficio 1031, se giró la orden de aprehensión en contra de Joel Orizar Palacios y José Luis Jaime Domínguez, el primero por haber agredido a Gustavo Pacheco y el segundo por haber agredido a Javier Pacheco, dicha orden se giró el 11 de abril de 2014 y  cinco meses después no habían sido capturados.

Una semana después de sus declaraciones, don Diego Pacheco aceptó ser entrevistado. Acudimos a su domicilio el 22 de septiembre del año pasado el equipo de la Editorial Sonart y este Reportero. Lo esperamos en la sala. Personal de vigilancia custodiaba la puerta. El espacio tenía una iluminación amarilla y calurosa. Don Diego Pacheco había desayunado apenas, desde temprano tenía una ruta que no cambiaba. Iba al estadio “Gustavo Pacheco” en la salida norte de la ciudad. Se quejó de lo caro que cuestan los asientos para las gradas.

La plática inició lenta, con rodeos. Ya había hecho revelaciones peligrosas. “No temo por mi vida” dijo. “Lo bajaron, lo destruyeron, así se estila en México cuando un político hace cosas distintas”, fue su primera respuesta a una apreciación de que Gustavo Pacheco tenía un liderazgo regional en crecimiento.

“Si ustedes hubieran escuchado lo que yo le dije a Gustavo la noche en que tomó la palabra en el salón libanés (una noche antes de su asesinato). La atmósfera está muy pesada, no te conviene seguir, desiste de esta situación, deja pasar un tiempo y que todos lo que quieran ubicarte lo hagan, hay más tiempo que vida”. Continuó con su voz suave y la garganta seca:

-“Haz un compás de espera y te preparas mejor …sin necesidad de tener una posición política, sino tomarte un descanso. A los que le urgía más era a la bola de gente en Oaxaca y aquí que insistían en que siguiera bajo ese esquema”.

-“El expediente que yo exhibí en el aniversario, que me mostraron ellos hace año y medio y sólo cambiaron las carátulas, puedo probarlo, porque me mostraron dos escritos ante notario público para pedirle a la Marina de Veracruz, porque según ellos (La Procuraduría de Oaxaca) estas gentes estaban en el estado de Veracruz, estuvieron viviendo en Tres Valles”.

-El argumento que dio la PGJE es que no podían intervenir porque estaban en Veracruz, cuando la gente que está en Veracruz y tiene interés en capturar a alguien que esté aquí, vienen lo agarran y se lo llevan”.

-“Hace unos meses dijeron que ya no había nada qué hacer, que a uno de esos dos sicarios ya se lo habían llevado las bandas organizadas y otra se había ido a uno de los estados limítrofes de Veracruz, pero a quien la persona que habían eliminado investigamos que uno de ellos había sido capturado en Jalisco y son oriundas de Chiapas, si nosotros lo sabemos, cómo es posible que la Procuraduría no lo pueda saber”.

-“Aquí hay Subprocurador que acaba de llegar del Istmo que me dijo que se ponía a mis órdenes, que si sabía algo se lo fuera a decir a él, a ellos no les interesa el caso, ya nosotros tomamos medidas que pronto van a saber pero no te podemos revelar”.

-“Intervinieron 8 personas, no crean que solo fueron dos, tenemos el video de la persona que maneja el automóvil, cuando se bajó en Papaloapan, cuando iban en caravana en otro automóvil, les puedo decir, estas gentes tienen gente que ya está presa en Oaxaca de otros asesinatos, esta gente no los persiguen por el asesinato de Gustavo, se dedican, a eso los contratan; por el asesinato de Gustavo le dieron medio millón de pesos”.

Reportero: ¿No teme, don Diego por la integridad de usted o su familia?

Diego Pacheco: A mi edad no importa tanto, acuérdense que cuando uno está cercano a los ochenta, cuando llegan los ochenta llega la decena trágica, en cualquier año, por cualquier motivo se va uno a morir.

 

Una entrevista tres días antes del asesinato, parte 4

Gustavo Pacheco tenía en su cabeza el accidente que el 21 de julio de 2011 le costó la vida al pequeño de cuatro años Nahúm Bernardino, originario del ejido La Reforma. Evadía hablar del tema. No eran buenos momentos. Una racha de preocupaciones lo atribulaba.

Había llevado al menor al hospital general después de atropellarlo frente al Parque Hidalgo, pero el niño había fallecido en la sala de Urgencias. Se había entregado a las autoridades, llevó al menor al hospital en su vehículo, no se deslindó de la responsabilidad con los familiares, pagó la fianza, pagó la indemnización legal, pisó la cárcel brevemente y fue exculpado de homicidio culposo. Pero Pacheco Villaseñor pensaba en su hijo.

A dos meses del accidente se sabía con una imagen pública abolida por el escándalo. Lo matizaba con un gesto adusto mientras buscaba en una computadora documentos que apoyaran una réplica noticiosa.

Jorge Franco Vargas en la sombra le había ofrecido la dirigencia estatal del mismo partido con la condición política que encabezara en la Cuenca del Papaloapan la rebelión de las bases, a través del grupo al interior del PRI denominado “Corriente Renovadora” que buscaba quitarle a la burbuja de Ulises Ruiz Ortiz el control del partido, que tenía como cabeza a Eviel Pérez Magaña y había sido designado dirigente el 16 de julio de 2010, once días después de la derrota electoral al gobierno oaxaqueño. Una cuña de control Ulisista de un PRI que amenazaba con una desbandada a dos años de la elección presidencial.

El 98% resuelto del Fiscal del  Estado

El 20 de septiembre del año pasado, a través de un comunicado, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca (PGJEO) ofreció una recompensa de 200 mil pesos a quienes den información de Joel Orizar Palacios y José Luis Jaime Domínguez, homicidas del ex Presidente Municipal Gustavo Pacheco Villaseñor. Dejando entrever como ciertas las pesquisas de la familia del ex munícipe victimado, pero sin dar una postura oficial.

Un año después, en el cuarto aniversario del asesinato del extinto presidente de Tuxtepec Gustavo Pacheco, su hermano Javier Pacheco Villaseñor, puntualizó que no hay avances,” se pretende dar carpetazo al asunto, en los últimos meses el Subprocurador José Matus ya no contesta ni el teléfono”.

Héctor Joaquín Carrillo Ruiz, Fiscal General del Estado, afirmó en 2014 que el caso estaba al 98% de ser resuelto.

 

 

Reportaje también publicado en:

El asesinato de Gustavo Pacheco, a cuatro años del magnicidio 

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