AMOR DE CABARET

El contenedor

A pesar de la “pacificación” , si es posible llamarle así a la relación Prensa-Gobierno, la operación en una área tan delicada no ha valido a Pepe Villamil la posibilidad de escalar como posible candidato a la diputación local y queda entre su grupo cercano la sensación de que existe una deuda del actual presidente municipal quien lo llevo al proyecto davilista con la promesa de que a su lado, “tendría lo que no le han dado en ningún otro sitio”.

 

ANTONIO MUNDACA

En marzo del año pasado, José Humberto Villamil Azamar, fue llamado en el gobierno de Tuxtepec a hacerse cargo de la Dirección de Comunicación en medio de un conflicto con la mayoría de la prensa tuxtepecana, que denunció las malas prácticas de un Ayuntamiento en ciernes. Malas prácticas que derivaron en acoso, coacción, censura y persecución a reporteros críticos que le costó el puesto al ex secretario técnico Pablo Estrada, y puso en la cuerda floja a Ibrahim Sánchez, Director de Imagen como presuntos responsables de esos atentados a la libertad expresión.  Pepe Villamil fue llamado a apaciguar el conflicto sin conocer casi nada de temas de prensa, pero sí con el encargo de usar el talento visible que tiene de las relaciones públicas. A pesar de la “pacificación” , si es posible llamarle así a la relación Prensa-Gobierno, la operación en una área tan delicada no ha valido a Pepe Villamil la posibilidad de escalar como posible candidato a la diputación local y queda entre su grupo cercano la sensación de que existe una deuda del actual presidente municipal quien lo llevo al proyecto davilista con la promesa de que a su lado, “tendría lo que no le han dado en ningún otro sitio”.

En la última visita del Gobernador Alejandro Murat, hay una escena que describe la sensación de que Pepe Villamil se encuentra “desperdiciado” tras el puente que hizo en la ríspida relación que tuvo el gobierno municipal con la mayoría de los reporteros.  Durante el evento, un manifestante amenazaban con boicotear la inauguración de la obra del Mercado Central, y en medio de la presencia de regidor de Gobernación, Octavio Santana, incapacitado para el diálogo y desconocido por los manifestantes, fue  Pepe Villamil quien inició el destrabe de ese conflicto. Desapercibido, incluso sin el escrutinio legal, el todavía director de Comunicación Social le hizo a un sector del gobierno local que sigue alejado de las causas sociales, literalmente, la chamba. La sensación y comentarios de gente cercana a Pepe Villamil, es que tiene habilidades que han sido desaprovechadas, quizá porque a un año del conflicto con los medios de comunicación, y de cara a las elecciones de este año, sigue pensando el gobierno municipal que Pepe Villamil es el único contenedor de las guerras mediáticas que se vienen.

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