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  • Tlajomulco es un bastión de Movimiento Ciudadano(MC) controlado por el cacique local y Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro que impuso al actual alcalde Salvador Zamora Zamora. El municipio jalisciense encabeza los índices de violencia en esa zona de México atribuido a pugnas del crimen organizado al ser cuna del Cártel de Jalisco Nueva Generación y centro del “huachicoleo” en el occidente del país.
  • Oficialmente la alianza entre el municipio de Jalisco y Tuxtepec buscará el “intercambio comercial” y el “crecimiento industrial”. El objetivo vedado es el financiamiento externo, revelaron davilistas, además de explorar un nuevo partido que cobije la aspiración política del munícipe Fernando Dávila, que ya se promueve en busca de la diputación federal por el distrito 01 para el 2021 con la posibilidad de “importar” la violencia de Jalisco a la Cuenca Oaxaqueña.

ANTONIO MUNACA

Tuxtepec, Oaxaca.- Fernando Bautista Dávila lleva varios acercamientos con el Presidente Municipal de Tlajomulco de Zúñiga, Salvador Zamora Zamora con el objetivo oficial de “vincular y hermanar” al municipio de Tuxtepec con su homólogo en el estado de Jalisco. Extraoficialmente el objetivo es tener un nuevo partido político que lo cobije si el PRI o sus partidos satélites como el Panal (con registro perdido) o el Partido Verde (ahora cercano a Morena), le cierren la puerta o en el análisis de sus asesores, vuelva a vender una candidatura ciudadana para buscar la Diputación Federal del Distrito 01 de Tuxtepec en 2021.

El aliado económico y político para esto es Salvador Zamora Zamora, quien es el operador aventajado del actual Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, que ganó las elecciones por Movimiento Ciudadano (MC), pero igual que el gobernador jalisciense tienen raíz en el PRI. Zamora Zamora fue diputado local y diputado federal por MC y fue impuesto en Tlajomulco de Zúñiga en la candidatura a la alcaldía por encima del presidente que buscaba la reelección Alberto Uribe Camacho.

El 21 de enero de este año, Fernando Dávila visitó en Jalisco a Salvador Zamora. De acuerdo al boletín emitido por el Ayuntamiento de Tuxtepec y difundido en medios con convenios publicitarios, lo que buscan con este lazo es el “intercambio comercial, inversiones y desarrollo industrial”.

En medio de las realidades encontradas de municipios violentos, apenas el 10 de febrero, una delegación de Tlajomulco arribó a Tuxtepec para reconocer al edil oaxaqueño por la apertura de la alianza que estuvo encabezada por el Secretario Municipal de esa localidad Omar Cervantes, quien fue “paseado” mientras Tuxtepec enfrenta la peor crisis de inseguridad de su historia.

“Venimos a aprender del Ayuntamiento de Tuxtepec para contagiarnos de las buenas costumbres, venimos a colaborar y contribuir”, fueron las palabras atribuidas a dicha autoridad en un boletín oficial difundido en medios locales y estatales. Sin embargo, la estadía de estos funcionarios fue opacada por la ejecución de una mujer en la colonia Siglo XXI y quien participó en el pasado proceso electoral apoyando a Bautista Dávila.

El asesinato de la ex colaboradora obligó al Ayuntamiento tuxtepecano a cancelar uno de los ya muy cacaraqueados tequios, por la violencia que se vive en el territorio y el temor a causar una mala impresión en los visitantes jaliscienses, y a través de varios medios locales de comunicación el gobierno operó para difundir la cancelación del evento “por lluvia”. Dos semanas después, la violencia en Tuxtepec sigue sin control con asesinatos en la vía pública.

Salvador Zamora creció políticamente bajo el cobijo de Enrique Alfaro. Pero a pesar de que en su proyecto de gobierno ha afirmado que Tlajomulco será una “ciudad modelo”, el municipio del occidente del país, que se encuentra en la zona metropolitana de Guadalajara, se ha convertido en una plaza donde combate el crimen organizado con impunidad y las autoridades han sido rebasadas igual que en Tuxtepec. El dato publicado por el Economista el 7 de febrero de este año revela que el municipio conurbado de Tlajomulco de Zúñiga es el primer lugar nacional con el mayor número de viviendas abandonadas, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).

Este hecho se debe al aumento de la delincuencia y la lucha por el control del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) entre células internas y una organización denominada Cártel Nueva Plaza, lo que ha hecho de Tlajomulco, Zapopan y Guadalajara una zona de guerra en los últimos dos años, indicó un periodista jalisciense entrevistado para este reportaje.

La vida política de Alfaro Ramírez ha sido polémica dada su militancia y paso por diversos partidos políticos del estado, inicialmente en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en donde estuvo hasta 2005. Su primer cargo de elección popular fue mientras formó parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al ser diputado local entre 2007 y 2009.

Enrique Alfaro es conocido en Jalisco como el “El Cacique de Tlajomulco” y jefe de Salvador Zamora. Antes de Gobernador fue Presidente Municipal de Guadalajara de 2015 a 2018, y a su gestión se le relacionó de manera ambigua con el ambulantaje en la capital tapatía, también fue cuestionado su gobierno por la regularización de vivienda vertical a cambio de multas a los desarrolladores y fue denunciado por Morena por irregularidades en el uso del dinero público.

“El Rey de Tlajomulco” fue evidenciado en la asignación de contratos directos a las empresas “Eu Zen”, “Indatcom” y “La Covacha”. También fue sumamente cuestionado desde inicios de su administración por el derroche de millones de pesos.

Un espejo jalisciense donde el edil Bautista Dávila se ve, es con la creación del Instituto Municipal de la Vivienda –que al igual que en Jalisco se usará como bandera de clientelas políticas- y el empoderamiento del ambulantaje durante sus dos últimos años de gobierno. Un proyecto de vivienda que puede dejar muchos recursos y capital político y económico semejante en su circunstancia a lo que se hizo en un Tlajomulco que se encuentra sumido en violencia y ejecuciones.

Importar la violencia de Tlajomulco a Tuxtepec

El 6 de febrero en sus conferencias matutinas, el Presidente de República, Andrés Manuel López Obrador dijo que Guadalajara, Tlaquepaque y Tlajomulco serán los municipios donde se comenzará la “pacificación” del país, al ser una de las 17 zonas más violentas. Y no es para menos, de acuerdo al reportaje publicado en Proceso el 5 de diciembre de 2018, y firmado por la periodista Gloria Reza, desde 2013 se incrementó en Tlajomulco y Zapopan el número de narcobloqueos, la violencia, los homicidios, las narcofosas, los delitos de alto impacto y los desaparecidos. Mientras que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se apoderó del territorio, bajo la protección de la autoridad estatal, como acusaron públicamente elementos de la Fiscalía General del Estado.

“En el sexenio de Aristóteles Sandoval, el 1 de mayo de 2015 en el municipio de Villa Purificación, el Ejército pretendió capturar por medio del Operativo Jalisco, al líder del CJNG, Nemesio Oceguera Cervantes “El Mencho”. Sin embargo, los criminales respondieron con el derribo de un helicóptero y 59 narcobloqueos en 25 municipios, siete del área metropolitana”, dice la publicación nacional.

El Gobernador Enrique Alfaro, originario de Tlajomulco, ha minimizado los hechos. A penas el 19 de enero el mandatario jalisciense justificó que se mantenga la estadística de asesinatos, puesto que “en la mayoría de los homicidios dolosos estarían relacionados con el crimen organizado.” En ese sentido, el Fiscal General, Gerardo Octavio Solís Gómez confirmó que en la ciudad aumentó los puntos venta de droga, así como el número de personas que se dedican a esa actividad ilícita.

Para el investigador del Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Froylan Enciso el alza de homicidios dolosos que se sale de las manos del Gobierno de Jalisco tuvo origen en la vieja copulación entre narcotraficantes y la élite política tapatía. “Los jefes de los cárteles se quedaron a vivir en Zapopan y Tlajomulco”, puntualizó.

El investigador del CIDE argumentó que, si bien la élite tapatía no fue la única del país en apapachar a viejos líderes del narcotráfico, el caso jalisciense cobra relevancia por el grado de relación entre los criminales y la clase gobernante.

La realidad tuxtepecana cada día se acerca más a la de Tlajomulco de Zuñiga en índices de violencia. Tan sólo en los últimos tres meses, al menos 52 cadáveres han sido encontrados en fosas clandestinas en la Zona Metropolitana de Guadalajara. De estos, 10 cadáveres fueron encontrados en un domicilio de la colonia Santa Elena de la Cruz, en la ciudad de Guadalajara, pero el municipio donde se han encontrado más fosas fue en Tlajomulco de Zuñiga, según el reportaje publicado por la Agencia Internacional RT, con 4 cadáveres en dos casas en el Fraccionamiento Chulavista; 7 cuerpos sepultados en dos fincas en el Fraccionamiento Villa Fontana Aqua. Otros 10 cuerpos fueron hallados en un departamento también en Villa Fontana Aqua. Al menos 6 cuerpos más fueron localizados en una fosa en el patio de un departamento del Fraccionamiento Lomas del Mirador.

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