Decena de familias sin infraestructura básica habitan esta colonia del municipio de Chiltepec desde hace diez años.
Antonio Mundaca/ @amundaca
CHILTEPEC, OAXACA.- “Oaxaqueños Ilustres” es una colonia de Arroyo Choapan, sin servicio básico alguno. Tiene diez años de fundación y pertenece a la segunda agencia municipal más grande de San José Chiltepec. No cuenta con luz eléctrica, ni servicios de drenaje o agua potable. Sus caminos son inadecuados para el acceso. Veredas de terracería enmarcadas por enormes árboles, dicen los vecinos, hacen de la colonia una cueva de lobo empezando la noche.
Durante tres años, el presidente municipal anterior, Irineo Molina, les negó apoyos de infraestructura básica, por cuestiones políticas. Denunciaron que 15 familias en ese tiempo, fueron vendiendo sus lotes. Se iban a otros lados, abandonaban sus parcelas hasta que la hierba crecía exageradamente. Dicen que nunca fueron escuchados. La historia de la colonia “ Oaxaqueños Ilustres” podría parecer para los visitantes una ironía.
Avenidas despobladas en tierra, con nombres como “ Benito Juárez”, “José Vasconcelos”, rodeadas de maizales, pobladores emergidos desde el sol sembrando yuca, niñas acarreando agua de un manantial de agua dulce, que lo mismo quita la sed a los pobladores, que a bestias del campo y animales domésticos.
“Aquí hay 60 lotes, muchos están abandonados, o sus dueños vienen poco porque no tenemos servicios, el mío me costó 10 mil pesos y fui pagándolo de 500 pesos mensuales por varios años” aseguró, Elodia Regules, presidente del comité de vecinos de la localidad.
Afirmó que no han sido reconocidos como colonia por el Ayuntamiento de Chiltepec, a pesar de contar desde hace cuatro años con escrituras avaladas por la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra Urbana del estado de Oaxaca (Coretturo). La esperanza de la colonia “oaxaqueños ilustres” es ser reconocida como colonia y poder acceder a recursos que impulsen su desarrollo.” El presidente Héctor Ojeda se comprometió a que el próximo año priorizaremos obra y seremos reconocidos”, sentenció Elodia Regules.
MANOJO DE ARCILLA
La casa de Tomasa Valentín Hernández es un manojo de arcilla y laminas sobrepuestas. Afuera, sentada en su hamaca se queja de las reumas y un dolor que le hincha los pies. Sus nietos acarrean agua del manantial dos o tres veces por semana. No habla de sus hijos. Su carácter es ameno. “Nos hace mucha falta la luz y el agua”, dice Tomasa, mientras su nieta camina a campo abierto con botes en sus manos en medio del calor del medio día. “Vengo de chapear para sembrar maicito“, dice la abuela con gotas de sudor en la frente. Setenta pesos le cobra una pipa por llenarle un aljibe de mil litros de agua. ¿Cuántos días le alcanza el agua, cada cuanto lo llena? -le preguntó- . “Cada que se pueda, 20 días, treinta, según como haya dinerito”, responde Tomasa.
Clases en el polvo
Pisos de tierra. Material didáctico roído. Mesa bancos desechados. Un profesor de la Comisión nacional de Fomento Educativo (conafe) para doce niños sin nada. Educar en la pobreza. Esa es la situación de la “ escuela” de la colonia “ Oaxaqueños Ilustres”, que año con año suspende sus clases en temporada de lluvias y busca un aula digna para sus pequeños estudiantes, afirma el tesorero del comité de vecinos, Vicencio Gracida Regules, en la administración pasada se rechazaron oficios y hubo negativas para un aula.
“Los niños y las niñas van al baño al aire libre, toman clases sentados en la tierra, pareciera que eso no importa”, afirmó el entrevistado. “Hoy el presidente municipal nos dio una tonelada de cemento para el salón de la colonia, ahí les haremos la clausura” se conforma el representante del lugar. La tierra polvosa de la sequia aguarda el regreso a clases de los hijos de quienes habitan ese pueblo.