“Político por accidente” fue la frase con la que se vendió en 2007 como candidato a la diputación local por el distrito XVIII. Ya como legislador consolidó las viejas practicas del priismo oaxaqueño al lado del Ulisismo: la conveniencia de las leyes y la permisividad de la corrupción
ANTONIO MUNDACA/ @amundaca
Tuxtepec, Oaxaca.- “La historia giró 180 grados. Ganó el PRI en la mesa. La máxima autoridad en materia electoral revocó la constancia de mayoría de Alfredo Ahuja Pérez y la entregó al presidente electo Eviel Pérez Magaña”. Era la crónica del 31 de diciembre del 2001 publicada en el periódico Noticias (Año XXI, No. 8, 595).
Era el inicio no sólo de la carrera política del ahora candidato al senado y ex candidato al gobierno de Oaxaca en el 2010. Junto a él arribaba un grupo político cuya lanza estratégica en materia legal y jurídica era un abogado nacido en la ciudad de Oaxaca en 1958 y egresado de la Universidad Regional del Sureste: Jaime Aranda Castillo.
Había sido regidor de patrimonio municipal en el trienio 1999-2001 en Tuxtepec con un desempeño gris y nimio. Característica que repetiría en la LX legislatura, según han referido sus compañeros de bancada. Como concejal propietario viviría de su historia profesional en el Tribunal Superior de Justicia del Estado donde fue titular de juzgados en Sola de Vega y Tuxtepec de 1981 a 1986 de acuerdo datos biográficos del congreso de Oaxaca.
En aquel 2001 Jaime Aranda se había convertido en el oscuro operador del PRI con la máscara de la mesura y la jurisprudencia. Era acusado por el PAN de tomar el consejo municipal electoral y ser el autor intelectual de una presunta falsificación de sellos que ayudaron a un fraude electoral que revertiría de última hora el triunfo del panista Alfredo Ahuja. La mano operativa de la conveniencia y el servilismo al poder serían característica que alcanzarían un cenit cuando llegó a ser Presidente del Congreso Local, denunciaron en 2010 grupos coalicionistas. Irónicamente en 1993 fue miembro fundador de la academia de la “profesionalización electoral”.
“Ganó el PRI en la mesa” y el artífice fue Jaime Aranda Castillo. Después de dos trienios panistas el PRI volvía a la presidencia municipal. Con esa frase comenzaba de alguna forma la carrera política a grandes niveles y con claroscuros de un abogado respetable que para sus detractores en el transcurso de los años se convertiría en cómplice del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz y lucharía por el poder con diversas caras: la omisión y la permisividad de la corrupción con el sistema político oaxaqueño.
Con 27 votos de diferencia en el 2001 Eviel Pérez Magaña sería el triunfador de esa elección. Jaime Aranda Castillo era el representante del PRI ante el Consejo Municipal Electoral y quien acudió a la sesión extraordinaria celebrada en la ciudad de México. Las denuncias de manoseo corrieron por los pasillos políticos de Tuxtepec. La leyenda negra señala que en dicho fraude participó el grupo compacto que hoy opera para hacer diputado federal a Aranda Castillo.
Fue presidente municipal del comité del PRI de 2002 al 2005. En el 2004 fue amonestado por autoridades electorales por mandar a quitar arbitrariamente propaganda del entonces candidato a Gobernador, Gabino Cué. La pugna era hacer gobernador a Ulises Ruiz a como diera lugar.
El 14 de mayo del 2007 iniciaría su campaña a la diputación local en la colonia Loma Alta, llevando como suplente a María Emma González Sánchez de Bobadilla, esposa del ex munícipe de malos recuerdos en Valle Nacional por el saqueo a dicho municipio que bajo el cobijo del Aranda Castillo quedó impune.
La fórmula de “Alianza que Construye” llevó al congreso local a Jaime Aranda. Años después alumnos del Instituto Tecnológico de Tuxtepec, de donde fue docente, le reclamarían “yo vote por usted, mi familia votó por usted porque nos dio clases, pero se olvido de nosotros cuando fue diputado”.
Aranda Castillo en su mensaje político de proselitismo en el 2007 no se cansó de decir que Tuxtepec es el corazón de la Cuenca del Papaloapan, se calificaba como “abogado y político por accidente”. Afirmaba que venía para hacer política de una nueva forma. Ya había trabajado antes como dictaminador en la Secretaria de la Reforma Agraria. “Una política de propuesta, no de demagogia”. En el periplo a la diputación local se comprometió a hacer leyes más severas contra la delincuencia, bajar más recursos para los municipios. Al final de su periodo como diputado, los votantes le han reprochado el abandono. El cierre de su casa de enlace legislativo.
Procurador y porro por un día
El 15 de febrero del 2010 en pleno proceso electoral por la sucesión al gobierno de Oaxaca, el diputado por el distrito XVIII con cabecera en San Juan Bautista Tuxtepec, Jaime Aranda Castillo, era nombrado por Ulises Ruiz Ortiz como Procurador de Justicia del Estado (PJE) en lugar de Evencio Nicolás Martínez, quien ocuparía la Secretaría de Gobierno del Estado. El gobernador le pagaba a Aranda su fidelidad. Sin embargo el académico de número de la academia nacional de derecho procesal y con múltiples diplomado fue chiste nacional no asesoró al gobernador para decirle que según el artículo 96, fracción sexta, se necesitan los mismos requisitos que para magistrado: no haber sido secretario o diputado local un año antes.
En esos meses trascendería en medios estatales que más de 100 organizaciones de 19 estados del país, responsabilizarían al líder del Congreso en Oaxaca, Herminio Cuevas, y al presidente de la Comisión de Estudios Constitucionales, Jaime Aranda, de bloquear y no aprobar la reforma penal que garantizaría el procedimiento para que las mujeres víctimas de violación accedan al aborto legal.
El 11 de marzo del 2010 pediría licencia para competir por la presidencia municipal de Tuxtepec. el 1 de mayo del 2010 se convertiría en porro ante la postulación de Jesús Hernández Martínez como candidato oficial del PRI, entraría liderando a los inconformes para impedir la asamblea de delegados de su partido con jalones, empujones y violencia que desembocaría en un gas lacrimógeno que dejó heridos a algunos reporteros e intoxicados a varios ciudadanos.
La corrupción legalizada
El 13 de julio del 2011, Ulises Ruiz Ortiz fue acusado por medios nacionales e internacionales de un desvío de 3 mil 687 millones de pesos al erario público estatal. Resultado de 16 auditorías a dependencias y entidades locales realizadas por la Secretaria de la Contraloría y Transparencia Gubernamental.
Según legisladores en funciones durante su presidencia en el congreso pudo tipificar el delito de peculado y hacer propuestas contra la corrupción pero no hizo; “solapó leyes a modo”, afirmaron las fuentes consultadas.
“Al no estar tipificado dicho delito como grave en la entidad pueden quedar en libertad bajo fianza y huir del derecho como ya sucedió con funcionarios del sexenio de Ulises Ruiz”, indicó el experto.
“Tipificar esos delitos como graves implicará que, en casos urgentes el Ministerio Público pueda ordenar la detención de una persona sin esperar la resolución de un juez, lo que podría evitar que los responsables huyan del estado, como ya sucedió en el caso de los exfuncionarios “ulicistas”.
Según la fuente, Jaime Aranda fue de alguna forma cómplice del vasto daño que se le hizo a Oaxaca con construcciones sobrevaluadas en decenas de millones de pesos como las ciudades administrativas y judiciales, ya que al ser un experto en derecho debió pugnar por la justicia, no por la conveniencia.
En el portal Página 3, el corresponsal de Proceso Pedro Matias señala “Las autoridades correspondientes determinaron que Miguel Ángel Ortega Habib (MAOH) cometió peculado (hurto a caudales del erario público) a Oaxaca, por más de 800 millones de pesos, delito por el cual Rosa Elvia Orozco Santiago, mujer indígena que se desempeñaba como empleada doméstica de esta familia, está detenida, mientras el ex funcionario de la administración de Ulises Ruiz está libre; ni la Interpol lo encuentra”. Jaime Aranda, sin embargo, es candidato a diputado federal por el distrito 01 de Tuxtepec.