A la baja.- Samuel Gurrión Matías presumió por meses en que era el general más empoderado en la burbuja de Alejandro Murat durante la campaña política. Presumió a políticos y gentiles que sería el líder de la bancada del PRI en el XLIII legislatura. Ninguna versión resultó cierta.
Enfrentado con los cercanos de Alejandro Murat y protegido al principio por el próximo gobernador, la megalomanía de Samuel Gurrión lo puso en la lona. Perdió el liderazgo del PRI por decisión de Alejandro Murat. Sin referentes nacionales ante el destrone político de Manlio Fabio Beltrones, con la derrota en Juchitán de su hermano, con una deuda millonaria con hacienda debió conformarse con el espejismo de la “Mesa Directiva”, que no es otra cosa que la instancia de gobierno encargada de conducir las sesiones y asegurar el debido desarrollo de los debates, discusiones y votaciones en el Pleno, así como de garantizar que en los trabajos legislativos prevalezca lo dispuesto en la Constitución y en las leyes correspondientes. Demasiados verbos para el poder verdadero del Congreso.
Samuel Gurrión será Presidente de la Mesa Directiva, aunque el verdadero gobierno se encuentre en la Junta de Coordinación Política (Jucopo) al estar conformada por los Coordinadores de cada una de las Fracciones Parlamentarias de los Partidos Políticos con representación legislativa y ahí estará María de las Nieves García Fernández acotándole el poder que Gurrión pensó tendría en el sexenio de Murat.