Sin empachó la Sindico Procuradora Emma del Carmen Hernández, se rifo su dignidad y abdicó ante la prensa, regidores compinches para autonombrarse la autora de haber solicitado al munícipe Antonio Sacre la distinción de Hijo Predilecto de su señor padre. Bajo el argumento de “pacificador y conciliador y un viejo que siempre tuvo la mano extendida –los mal pensados pensaron que para soltar billetazos como su hijo a los lamebotas- y el gran modernizador de Tuxtepec por haber construido el Mercado Central- sí, esa vieja carcasa donde se aprecia el contaminado río por la compañía cervecera- “y prosiguió “que falta nos hace en tiempos difíciles- casi a las lágrimas mientras “el Gordo” Sacre se relamía los bigotes por haber consumado el regreso vanaglorioso de la época de los caciques-.
Así convertida en una aduladora frente a los potentados de Tuxtepec, la Sindico Procuradora apostó a la desmemoria. La misma que dijo en 2014 que “Tuxtepec era gobernada por un capataz”. La misma que el 13 de septiembre de 2014 afirmó que había irregularidades en el ramo 33. La misma que aseguró que ella debía estar dentro de la Comisión de Gobernación que regula todos los ingresos y atiende los conflictos y que cuando llegó el sobrecito amarillo decidió callarse. La misma que calificó –antes de obras y mochadas- que el gobierno de Antonio Sacre Rangel estaba incurriendo en desvíos y formó parte de un grupo disidente conocido como “g-8” que no fue otra cosa que regidores vende patrias de los intereses de los tuxtepecanos.
“La vida nos da la posibilidad de hacer esto como autoridades (nombrar a Tonche Sacre Hijo Predilecto) remató en un discurso digno de las lágrimas y risas de un programa de la Carabina de Ambrosio. Y Así cerró el telón la Sindicatura, domesticada por el dinero de un cacique modernizador que durante año y medio ella criticó y torpedeo.
