El austero
José Antonio Hernández Fraguas anunció el fin de semana pasado, que su gobierno en la capital oaxaqueña pugnaría por la austeridad republicana y juarista, en conferencia de prensa anunció que enfrentaría el ayuntamiento oaxaqueño las medidas necesarias para optimizar los recursos públicos –obviamente no puntualizó exactamente cómo, si con salarios menores, dietas a concejales transparentes o en qué área se harían los recortes para apretarse el cinturón- .
Y así dos días después, Sergio Bello Guerra, Juan Pablo Vasconcelos Méndez, Adriana Cecilia Aguilar Escobar viajan a Madrid. Con gasto al erario se fueron a España para asistir al evento turístico, con cinco días de anticipación y allá se encuentran en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se desarrolla desde el 18 de enero, y concluye el 22 de este mes.
El populismo fragüista es una moda que amenaza con expandirse a otros municipios de Oaxaca con una fórmula sencilla, pero costosa en términos sociales y posiblemente redituables electoralmente, siempre y cuando no vengan sus subalternos a echar por tierra toda sarta de posibles buenas intenciones, por no decir que planeadas acciones para dorar la píldora a ciudadanos en época de escases. De una política austera pública arrancó su administración con derrotes, desobediencias a su embestidura ejecutiva, y a pocas explicaciones si estos funcionarios viajaron con sus propios recursos, o se confirma el rumor capitalino que fue con la chiche presupuestal oaxaqueña.
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