Presidente Municipal suplente. Presidente de la Fundación Humanitaria para la Cuenca del Papaloapan (Fhucup) desde la primera semana de agosto de 2016 y ahora cementero oficial del Museo Verde. Obligado por sus circunstancias Marcos Bravo emprendió la aventura de dirigir la fundación que dejó Fernando Bautista Dávila tras ganar las elecciones. Una fundación que se caracterizó por programas sociales, ayudas en colonias, entrega de medicinas y apoyos con un carácter que se ha ido perdiendo en los últimos tres meses.
Fhucup se ha vuelto una kermes. Mojigangas. Calendas. Carros a todo volumen. Música. Confeti. Desconocemos si detrás de estas estrategias se encuentre Fernando Dávila o sea el nuevo dirigente quienes en una sociedad austera y lastimada por un mal gobierno municipal, deseosa de obras dignas y mejores ejemplos ciudadanos, consientan.
Marcos Bravo es conocido como un personaje emprendedor y altruista, ajeno al golpeteo político, la sangre nueva que no se sabe si cuajará en el proyecto del Partido del Trabajo, o como independiente o a donde vaya el líder fundador de Fhucup. Lo que sí es cierto, que enfundado en cemento, buscando reflectores con un sequito de jóvenes entusiastas, Marcos Bravo cumple un papel sui generis en el grupo compacto que llevó a Bautista Dávila al poder dando un giro en políticas públicas que ahora tienden a la frivolidad.